jueves, 13 de agosto de 2009

Traducción de un articulo en Francés - Cómo me visto hoy

Este artículo lo encontré en msn.fr, o sea nada muy wua pero bueno, me pareció interesante y como no lo vi traducido, ni vi este tema en español, pensé que igual podría interesar algunas de ustedes. Es sobre "pscicologia" y ropa, veamos!

Sólo traducí el texto, no los testimonios, si están interesadas, me avisan y lo haré! les dejo el link en francés:
http://femmes.fr.msn.com/psycho/se-connaitre/article.aspx?cp-documentid=6956909&imageindex=2

Bueno, el texto:

Cómo me visto hoy ?

Algunas mañanas, imposible escoger, nada va. De dónde viene este malestar típicamente femenino? Investigación y testimonios en el corazón de nuestros closets.

Que está pasando esta mañana? Me pongo mi falda parma y mi polo gris en los cuales me sentía tan bien el otro día y no va. El pantalón negro y la camisa blanca que siempre me favorecen? Tampoco funciona. No es que me veo fea, solo tengo la sensación de que hoy, nada me va. Siento que ni el vaquero, ni la falda roja me van a sacar de mi marasmo.

Para Catherine Joubert, psiquiatra, que estudió el asunto durante mucho tiempo, ‘hay días en que uno tiene ganas de cambiar de piel, estamos cansados de nosotros mismos. Sin embargo, nuestra ropa es el portavoz de nuestra identidad”. Y si ésta nos de repente molesta o se haya vuelta incierta, trastornada por emociones, hay que encontrar otras formas, otros colores que dirán mejor quienes somos. “La prenda nos relata en un idioma encriptado, nunca tan lisible de lo que parece”, matiza la psiquiatra.

Y es que este malestar mañanero remonta a los orígenes de nuestra historia. “La manera en la que un niño haya sido tocado, acariciado por sus padres, es esencial para que se desarrolle su capacidad en invertir y amar su cuerpo, recuerda Anne-Marie Filliozat (1), psicoanalista y especialista de medicina psicosomática. No es tanto la cantidad de las caricias que importa, sino la calidad de la ternura.” Luego viene la manera en la que fue mirado. Cómo la madre percibe el cuerpo de su hija chiquita. La ve bonita? Le da gusto vestirla? « La mirada del padre es de la misma manera esencial durante el despertar de la feminidad, añade la terapeuta. Le hace sentir que es como hija chiquita que la quiere. Y la prenda es uno de los vectores privilegiados de este mensaje”. Con el tiempo nacerán nuestros colores, nuestras curvas, nuestras telas y gustos preferidos, que harán decir a nuestros amigos cercanos “este abrigo, es totalmente tú”.

Para muchas mujeres, esta búsqueda de armonía entre la prenda y el espíritu puede tardar años, hasta la vida entera, pasando por momentos de vagabundeo, dudas e insatisfacción. De allí, nuestros vistazos las unas sobre las otras. Quién no ha echado estos vistazos furtivos en el metro, en la oficina, en la calle, detallando en un segundo la ropa de la otra, sin celos pero con admiración, como si ella, si que tiene gracia, el don de la elegancia?

“Cada mujer piensa que las demás saben vestirse pero no ella, explica Catherine Joubert. Tocamos directamente el corazón de la cuestión de la feminidad, que es difícilmente definible, alrededor de la cual, todas giramos, y que nunca estamos seguras de poseer”. Entonces copiamos, “tomamos elementos de estas mujeres que a nuestro parecer detienen el secreto, y nos atribuimos su atavío pensando adquirir de esta forma una parte de esta feminidad que nos haría falta”, precisa la psiquiatra.

Algunas innovan, alternan las formas y colores “y son capaces de arriesgarse en relación a su imagen y la mirada de los demás”, observa Anne-Marie Filliozat. Estas ganas de cambiar, de experimentar revelan también, según la terapeuta, “un deseo de ajustarse al humor del día”. Otras quedan fieles a una elección que se construyó y se paró en un momento definido. “Una mujer quién supo desarrollar la conciencia de si-misma sabrá escoger la prenda que le conviene y habitarla, concluye Anne-Marie Filliozat. Esta prenda podrá ser casi lo mismo de lo que ya tiene, en su color y forma, puesto que habrá aprendido lo que mejor le va, pero también podrá intentar cosas nuevas, ya que no tendrá más miedo de la mirada de los demás.”

Y si nuestro humor influye en nuestra ropa, el tejido influye sobre nuestros pensamientos. “Cualquiera que sea, la ropa despierta en nosotros comportamientos adormecidos, afirma Aline Dagut, psicoterapeuta y animadora de talleres de desarrollo personal alrededor de las prendas (2). Si llevo puesto algo fluido o borroso, esto despertará en mí la flexibilidad, la ligereza. Lo mismo ocurre si llevo puesto una ropa severa: es mi rigidez que se despierta entonces. La ropa hace vivir de forma seguida las diferentes partes de nuestro ser. Estamos hechos de un montón de posibles”.

Estar bien en su cuerpo, y por consiguiente en su ropa, es finalmente saber jugar de eso. Ser lo suficiente libre y despejada de un ideal inalcanzable o de la opinión de los demás para explorar miles de ganas, mil posibilidades, para dejar libre todas esas imágenes de si que sólo piden aparecer. Y aceptar también que algunos días, frente al espejo, todas se empujan un poco…

(1) Autor, con Gérard Guasch, del libro Ayúdate, tu cuerpo te ayudará (2006)
(2) En la escuela parisina de gestalt, www.gestalt.asso.fr

3 comentarios:

Anónimo dijo...

WOW que un articulo y si me identifico mucho mucho hay un parrafo donde pareciera que habla por mi pero me da rochesito jaajjaa :D en otro tambien cierto es que el tejido influye y es cierto porque cuando hoy iba con mi vestido escotado y mis sandalias plana me sentia como en caribes y yo sacandome el gillet para disquebroncear mas yo toda alucinada pensando que estoy en el mar jajaja muy muy cierto :) gracias reina por traducirnos ni yo creo que hayga podido tan bein traducirlo como tu besitos y buen finde semana!!!

Daphne dijo...

qué interesante!

Otra vez compré dijo...

si!
gracias,